Mi tristeza y yo somos solo una…
Nadie puede distinguir a la que sueña,
de aquella que llegó del pasado, tal vez,
para permanecer a mi lado para siempre.
Mi tristeza es como un suave atavío de seda,
que se amolda de manera perfecta,
a los contornos de las horas de soledad,
en las que vivo desde que extravié tu amor.
Apenas logra templar mi piel de hielo,
con las sutiles caricias de sus lágrimas,
cuya sal va borrando la miel de tu besos,
que aún perdura en mis labios.
Se refleja junto a mí en el espejo…
La puedes ver en mi mirada que no tiene,
el añejo resplandor de la esperanza,
y en la apatía con la que inicio cada jornada.
Nunca me deja sola… ¡si hasta parece encadenada a mi sombra!
Hace que la senda que recorro sea tan difícil,
que cuando tropiezo medito que lo mejor sería…
no continuar más.
Cuando mi tristeza permite oír su canto,
es el viento, quien recoge su sollozo,
y lo lleva hacia lo alto… tan alto,
que cuando retorna viene de lluvia revestido..
Y es esa lluvia triste tan parecida al llanto,
quien riega los campos yermos de este corazón mío,
que se empeña a pesar del dolor en seguir latiendo.
Nadie puede distinguir a la que sueña,
de aquella que llegó del pasado, tal vez,
para permanecer a mi lado para siempre.
Mi tristeza es como un suave atavío de seda,
que se amolda de manera perfecta,
a los contornos de las horas de soledad,
en las que vivo desde que extravié tu amor.
Apenas logra templar mi piel de hielo,
con las sutiles caricias de sus lágrimas,
cuya sal va borrando la miel de tu besos,
que aún perdura en mis labios.
Se refleja junto a mí en el espejo…
La puedes ver en mi mirada que no tiene,
el añejo resplandor de la esperanza,
y en la apatía con la que inicio cada jornada.
Nunca me deja sola… ¡si hasta parece encadenada a mi sombra!
Hace que la senda que recorro sea tan difícil,
que cuando tropiezo medito que lo mejor sería…
no continuar más.
Cuando mi tristeza permite oír su canto,
es el viento, quien recoge su sollozo,
y lo lleva hacia lo alto… tan alto,
que cuando retorna viene de lluvia revestido..
Y es esa lluvia triste tan parecida al llanto,
quien riega los campos yermos de este corazón mío,
que se empeña a pesar del dolor en seguir latiendo.
2 comentarios:
ES PEC TA CU LAR !!, podría decir que es el mas bello poema que te he leido, amiga, lleno de imagenes, de dolor, de añoranzas, una sutil y fuerte remembranza teñida de dolor....insisto, de lo mejor
Beso
Raul.
no quisiera repetir el comentario anterior, pero coincido plenamente. No leí tanto de tus poemas para decir si es el mejor o no, pero éste, es pura imágen y transmite ese dolor de levantarse cada mañana( ...."y en la apatía con la que inicio cada jornada")sabiendo que es un día más, sólo porque uno respira. Lo leo y me duele...qué cosa, cómo me duele
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